Trombosis

La Hirudoterapia*, aplicación de sanguijuelas medicinales, ha demostrado su eficacia contra los trastornos flobológicos. Además de los efectos locales (disolución de infiltraciones y trombos, contracción del diámetro de la venas varicosas, cambio en el color de la piel afectada, reducción notable de la congestión venosa, mejoría del flujo sanguíneo o curación de las úlceras), se observan procesos de regeneración de los tejidos y una mejoría del bienestar general de los pacientes.

En el año 1980, científicos rusos publicaron sus investigaciones sobre este tema. Usaron sanguijuelas en su práctica durante más de diez años para hacer frente a los trastornos flebológicos, flebitis, trombosis y úlcera varicosa. 487 pacientes (386 mujeres y 101 hombres) con varices complicadas, con flebitis (185), trombosis (235) y úlcera varicosa (67). La mayoría de las mujeres desarrollaron varices durante el embarazo y el parto. 404 de los pacientes tenían síntomas en la pierna izquierda, 56 en la pierna derecha y 27 en ambas piernas.

La mayoría de los pacientes se sintieron mejor después de aplicarles las sanguijuelas y notaban las piernas más ligeras, sin ningún tipo de dolor o molestia.

Los trombos son coágulos sanguíneos que se forman en el interior de las paredes de los vasos sanguíneos. Como consecuencia, disminuye el diámetro de los mismos produciendo dificultad en el paso de la sangre, lo que se conoce como trombosis. La trombosis puede producir estados corporales muy graves, dado a que impide que las células de los tejidos de las zonas afectadas reciban adecuadamente el oxígeno y nutrientes. La falta de este aporte puede ocasionar la muerte de las células y la destrucción de los tejidos corporales afectados. Llega a ser la causa de edemas en las piernas y úlceras varicosas, que a menudo se preceden de pigmentación parda de la piel.

Existe la posibilidad de que alguno de los coágulos responsables de la trombosis pueda desplazarse hacia otras partes del cuerpo, produciendo resultados muy graves o incluso mortales, conocidos como embolia o ictus.

Los pacientes que padecen estos problemas llevan seis décadas tomando los mismos fármacos para evitar que un trombo les provoque un grave ictus o embolia. Dichos fármacos son los antagonistas de la vitamina K, unos anticoagulantes representados por la warfarina, heparina o el acenocumarol, cuyo principio activo puede no sonar familiar, pero sí su nombre comercial: «Sintrom». Sin embargo, como afirmar numerosas fuentes “los populares medicamentos que consumen un millón de personas en España tienen pronunciados efectos secundarios y no disuelven los coágulos”.

“Un tercio de los enfermos no están siendo tratados, principalmente por el miedo a los efectos secundarios”, afirma Harold Darius, de la Clínica Vivantes Neukölln de Berlín (Alemania).

La heparina evita la formación y extensión de los coágulos, pero no disuelve los que ya se han formado. Además, puede provocar múltiples efectos secundarios como hematomas no habituales, náuseas y vómitos, fiebre y escalofríos, etc. Pero no todos los anticoagulantes son iguales.

La Hirudina es el anticoagulante natural más potente de los conocidos, ralentiza el proceso de coagulación de sangre y disvuelve los coágulos ya formados. Actúa directamente sobre la trombina (inhibidor de la trombina).

Esta sustancia se encuentra en las glándulas salivales de las sanguijuelas medicinales y fue descubierta por John Haycraft en 1884.
Al contrario que los anticoagulantes habituales, la hirudina no altera el estado de las proteínas y las enzimas en la sangre y no daña las plaquetas. Se excreta en la orina.

A esta enzima, y también a 100 sustancias más que se encuentran en la saliva de sanguijuelas, debe su fama la Hirudoterapia, aplicación de las sanguijuelas medicinales.

Las principales ventajas del procedimiento consisten en que no tiene efectos secundarios ni consecuencias negativas y tiene pocas contraindicaciones. Se trata de un procedimiento seguro e indoloro. Cada ejemplar de Hirudo medicinalis proviene de biofabrica, es de uso único y no puede ser reutilizado.

*Hirudoterapia es una técnica complementaria, no constituye una alternativa ni un sustituto a las indicaciones de su médico. Siga, en todo caso, sus indicaciones.